Me refiero a esa impoluta esfinge televisiva de tono despótico que sin apenas mover los labios grita, se escucha con soberbia, asevera las mentiras más flagrantes, manipula las palabras de presentes y de ausentes, adopta poses displicentes y vomita odio sulfurado contra quien no reverencie sus apodícticos “axiomas”.
Esta vez, Sopena dicta otra de sus sentencias y “condena” al Cardenal Grocholewski porque la Iglesia quiere reservar el ministerio sacerdotal para hombres con sexualidad cierta y “secundum natura”. Dice textualmente: “El prefecto de la Congregación Pontificia para la Educación Católica, el cardenal polaco Zenon Grocholewski –de la camada del fallecido Papa Wojtyla-, no cesa de lanzar anatemas…”
Pero ¿qué le importará a este talibán del laicismo lo que la Iglesia dispone para su gobierno? ¿Y eso de las camadas lo aprendió acaso de la que a él le amamantaba?
Para Sopena es tan natural la unión entre hombre y mujer como el resto de la combinatoria en la fontanería sexual. Pero ¿sabe este señor dónde estaría él mismo si su padre en vez de casarse con su madre se hubiera liado ("muy naturalmente") con otro tío? ¿Y sabrá este señor dónde acabaría toda nuestra milenaria nación en tan sólo una generación si secundasen todos los españoles esa vindicación por la normalización de la patología sodomita?
Sigue el oráculo: "¿Son los homosexuales hijos de Dios? En la práctica, no y a lo sumo bastardos en la acepción más troglodita del término, aunque la jerarquía eclesiástica diga lo contrario para quedar bien y guardar las formas"
¿Dejará alguna vez de mentir y de poner sus fantasías en la boca de los demás? Eso nunca lo ha dicho la Iglesia y el sentimiento sobre el particular, está en las antípodas de su soflama.
Y aún más: “… El otro anatema del cardenal Crocholewski ha ido dirigido contra la asignatura Educación para la Ciudadanía. En este punto, su demagogia sobre la objeción de conciencia supera los límites de una cierta cordura y se enfila por derroteros delirantes. Resulta que la implantación de la asignatura citada le recuerda a Su Eminencia “los tiempos del régimen comunista” en Polonia. Subraya este clérigo -llegado a Príncipe de la Iglesia- que “todos los regímenes dictatoriales buscan guiar la escuela formando ciudadanos que sean dóciles”… …Produce sonrojo escuchar este género de discurso –entre falsario e ignorante- en boca de un cardenal católico. ¿Aún no sabe el tal Crocholewski que en España no hay ninguna dictadura y que el régimen vigente desde hace más de treinta años es democrático?”
Esta vez, Sopena dicta otra de sus sentencias y “condena” al Cardenal Grocholewski porque la Iglesia quiere reservar el ministerio sacerdotal para hombres con sexualidad cierta y “secundum natura”. Dice textualmente: “El prefecto de la Congregación Pontificia para la Educación Católica, el cardenal polaco Zenon Grocholewski –de la camada del fallecido Papa Wojtyla-, no cesa de lanzar anatemas…”
Pero ¿qué le importará a este talibán del laicismo lo que la Iglesia dispone para su gobierno? ¿Y eso de las camadas lo aprendió acaso de la que a él le amamantaba?
Para Sopena es tan natural la unión entre hombre y mujer como el resto de la combinatoria en la fontanería sexual. Pero ¿sabe este señor dónde estaría él mismo si su padre en vez de casarse con su madre se hubiera liado ("muy naturalmente") con otro tío? ¿Y sabrá este señor dónde acabaría toda nuestra milenaria nación en tan sólo una generación si secundasen todos los españoles esa vindicación por la normalización de la patología sodomita?
Sigue el oráculo: "¿Son los homosexuales hijos de Dios? En la práctica, no y a lo sumo bastardos en la acepción más troglodita del término, aunque la jerarquía eclesiástica diga lo contrario para quedar bien y guardar las formas"
¿Dejará alguna vez de mentir y de poner sus fantasías en la boca de los demás? Eso nunca lo ha dicho la Iglesia y el sentimiento sobre el particular, está en las antípodas de su soflama.
Y aún más: “… El otro anatema del cardenal Crocholewski ha ido dirigido contra la asignatura Educación para la Ciudadanía. En este punto, su demagogia sobre la objeción de conciencia supera los límites de una cierta cordura y se enfila por derroteros delirantes. Resulta que la implantación de la asignatura citada le recuerda a Su Eminencia “los tiempos del régimen comunista” en Polonia. Subraya este clérigo -llegado a Príncipe de la Iglesia- que “todos los regímenes dictatoriales buscan guiar la escuela formando ciudadanos que sean dóciles”… …Produce sonrojo escuchar este género de discurso –entre falsario e ignorante- en boca de un cardenal católico. ¿Aún no sabe el tal Crocholewski que en España no hay ninguna dictadura y que el régimen vigente desde hace más de treinta años es democrático?”
Ahora, este rojo de alcanfor, entusiasta de laboratorio del socialismo real más atrabiliario, les va a explicar a las víctimas polacas del paraíso comunista lo bien que se vivía allí. Y acto seguido, nos va a convencer a los padres, de que lo ideal sería que el Leviatán corruptor de menores que alimentan sus correligionarios desde la Moncloa, nos expropiase a los padres el derecho a educar a nuestros hijos.
¡Lo tienes claro, Sopena! Que sepas que os vais a encontrar sobre esta santa tierra a las aguerridas mesnadas de la Vida, que plantarán cara a esa “progresía” necrófaga y furibunda, que masacra seres humanos indefensos, que desentierra cadáveres de forma luctuosa, que ciega la fecundidad, que desliga el sexo del género y sacraliza la sexualidad patológica e infecunda.
¡¡¡No ganaréis la guerra cultural, apóstoles de la Cultura de la Muerte, nihilistas de nuevo cuño, señores del Blasón Carroñero, Caballeros de la Negra figura!!!
¡Lo tienes claro, Sopena! Que sepas que os vais a encontrar sobre esta santa tierra a las aguerridas mesnadas de la Vida, que plantarán cara a esa “progresía” necrófaga y furibunda, que masacra seres humanos indefensos, que desentierra cadáveres de forma luctuosa, que ciega la fecundidad, que desliga el sexo del género y sacraliza la sexualidad patológica e infecunda.
¡¡¡No ganaréis la guerra cultural, apóstoles de la Cultura de la Muerte, nihilistas de nuevo cuño, señores del Blasón Carroñero, Caballeros de la Negra figura!!!
12 comentarios:
Enriquito por lo visto fue del Opus Dei, de donde salió rebotado. Es decir, es un tío que ha tenido formación cristiana más o menos seria y que SABE que miente, luego QUIERE mentir. Odia a Cristo y ese mismo odio le hace decir mamarrachadas de ese pelo.
Un saludo
del opus,de la falange, y si mañana vienen a invadirnos lagartos marcianos sera de los lagartos marcianos.
Rebotando sus palabras le damos fama, que es lo que quiere, no lo hagais mi puto caso, no vale la pena.
Tienes razón, Orisson. Si anduvo en los aledaños de la Obra, saber sabe por lo que los ataques a la Iglesia podrían tener una agravante moral que de todas formas tampoco valoraremos; nos limitaremos a calificar sus palabras y a refutar sus desatinos.
Ignacio, completamente de acuerdo: hay quienes para estar "en la onda" lo mismo se suben al presbiterio, que al camión de la cheka o a un platillo volante. Y mientras, unos pocos "aguafiestas" siempre estaremos nadando contra corriente...
Quizá, Ignacio, tu estrategia sea la más acertada pero la verdad es que la fama ya la ha conseguido desde la televisión y con nuestros comentarios poco favor (y poca mella) podríamos hacerle. Lo que modestamente pretendo, es elevar un grito para que se crea que ante toda esta artillería difamatoria, la sociedad en pleno tan sólo le devuelve el hegemónico silencio del asentimiento, de la complicidad o del miedo.
Un cordial saludo a los dos.
No deja de ser gracioso y todo un despropósito, que los mayores enemigos de la iglesia intenten dictar su funcionamiento y posiciones sobre diferentes asuntos. Demencial.
Saludos
La verdad, Caballero ZP, que a mí nunca se me habría ocurrido ponerme a organizarles a esta gente una tenida: si deberían usar el delantal de la paella del domingo, si deberían ser todos machotes o un poco mariquitas...
En el fondo creo que les gustaría estar "dentro" pero en general (Dios me libre de juzgar la conciencia de nadie), se suelen interponer los requerimientos del pesebre para lo políticamente correcto, los excesos de la vida, los empachos de la soberbia y los ayunos de virtud.
Enrique Sopena y su mujer, Maria Antonia Iglesias, Vestringe, etc, solo son monos de feria, payasos amorales que chillan como verduleros pero carecen de la más elemental racionalidad, no razonan, mascullan y regurgitan, vomitan, insultan, blasfeman...
Me dan pena, solo son escoria.
En los Teleñecos salían unos monstruos que se le parecen: Ojos de loco, ceja unicejular, narizota tuerta, pelos crespos y boca de espumarajo. Tal cual. Vean y busquen el parecido:
1
2
3
¿Lo han encontrado, lo han visto? Es igualito!
Además, hace lo mismo que aquellos monstruos cejudos: Siempre sale de secundario o comparsa siniestro-asustona en los programas a los que va.
Un adefesio, en fin. Y él lo sabe: Sabe que lo es y embiste con el colmillo torcido del hiper-traumatizado.
Pobre de su familia! (si es que no es monstruosa como él)
'
Hispanicus ¿lo de su mujer sera broma, no?... es que si fuera cierto, ya podríamos entender ese rictus de amargura crónica.
Terzio, ¡és buenísimo! pero el auténtico da más miedo; no esperaba yo conocer a su familia a estas alturas de la tarde. Por cierto, para fichar por los teleñecos ¿creéis que se tiñó las cejas o que se blanqueó el pelo?
No es broma, su mujer es hija de militar, pero más roja, abortista y giliprogre que el todavia, sale a veces en 59 segundos, no me acuerdo como se llama pero resulta tambien bastante patética.
Hispanicus, había entendido que Mª Antonia Iglesias era su mujer. Eso sí que más que un hogar parecería el plató de los teleñecos... pero en versión siniestra.
De todos modos, estos ladridos no son los que más daño hacen. Los improperios no convencen. Lo peor son las series, las pelis, los bestsellers... incluso (sí, todavía) los profesores.
No nos engañemos, esta clase de fracasados natos sólo pueden triunfar en un país de biliosos y resentidos.
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