lunes, 27 de febrero de 2012

25 de febrero de 2012, vigésimo sexto año de la Edad de Piedra


Manifiesto de febrero de Veladas por la vida
 
¿Edad de Piedra? Sí, porque el cinco de julio de 1985 la máquina del tiempo, ese misterioso aparato que habíamos visto tan sólo en las películas de ficción, acogió en su cabina a 40 millones de españoles para involucionar 2 millones de años de un tirón y con una aquiescencia bastante general. 

Edad de Piedra, sí, porque una gran parte de nuestros compatriotas ha venido demostrando durante estos casi treinta años una absoluta dureza de seso. Millones de bípedos capaces de mantener el equilibrio para caminar, han perdido por completo el equilibrio racional y no han dolido prendas a la hora de enterrar los avances históricos del derecho, de la ciencia, la filosofía, la moral y la medicina bajo los descarados sofismas del pensamiento único… un pensamiento “tan único” que en muchas materias se resiste al turnismo partidista.

Edad de Piedra, también, porque vivimos una época de corazones de pedernal y bolsillos de plata, en la que “gentes de bien” te razonan sin sonrojo que urge tomar medidas económicas para paliar la crisis pero que conviene esperar un momento más oportuno para dejar de matar tiernas, inermes e inocentes criaturas en el vientre de su madre. Aunque el carácter criminal del aborto es irrefutable y la necesidad de medidas legislativas es esencial y apremiante, parece que esta lógica no penetra cabezas de pedernal y que esta emoción no conmueve corazones de granito.

Con relación a esas fases indeterminadas que tantos “bienpensantes” nos invitan a aguardar, aún nadie me ha contestado a estas cuatro preguntas ¿Por qué conviene esperar? ¿Para obtener el qué o beneficiar a quién? ¿Hasta cuando? y por último ¿Exactamente cuántos cientos de miles de vidas vale ese objetivo que pretenden alcanzar esperando?

Sé que muchos se congratulan pensando que en los últimos meses se han dado ciertos pasos en la defensa de la vida y que el cambio de la tendencia ya es mucho… pero ¿alguien puede imaginar que tras la 2ª Guerra Mundial, los aliados hubiesen inducido una revisión progresiva de la legislación alemana para que cada año, progresivamente, se hubieran ido gaseando menos judíos? Pues las Leyes de Nuremberg de 1935 no eran más criminales que esa ley de 5 de Julio del 85 que los socialistas promulgaron, que todos los ejecutivos desde la fecha mantuvieron o agravaron… y que el actual gobierno del PP pretende recuperar. No existe excusa de consenso o de constitucionalidad que justifique la indolencia penal ni un solo día más. Y si las medidas económicas eran de urgente aplicación, mucho más urgentes e importantes son todas las medidas penales, educativas, publicitarias y asistenciales para que no se vuelva a descuartizar, abrasar con sal o decapitar ni un niño más con la actuación dolosa de matarifes con diploma y lacayos de partido y con la ignorancia culpable de toda la sociedad. 

No es suficiente que el crimen deje de considerarse un derecho ni podemos conformarnos con que a una menor le reclamen la autorización de sus progenitores para asesinar a su hijo en gestación. Pasar del Paleolítico al Neolítico no nos vale: queremos salir ya de la Edad de Piedra, volver a colocar la llave en la máquina del tiempo y marcar esta fecha: 25 de febrero de 2012. ¡A ver si cuarenta millones de bípedos con cavidad torácica y craneal recuperan de una vez el corazón, la cabeza… y la dignidad!

Jesus TA