Los gobernantes del “Estado del Bienestar”, obligaban a sus súbditos a controlar el crecimiento de la población para no “dilapidar” los recursos limitados. Los ancianos e impedidos eran inmolados a Mors en el altar hospitalario cuando acudían para tratarse una gripe y todos los progenitores estaban autorizados por las leyes y los gobiernos sucesivos a despeñar a sus hijos menores de nueve meses desde la roca Diputeya, que se alzaba tras la llanura de la Ignominia, en lo más alto de los montes del Olvido. Más de un millón de criaturas fueron despeñadas en dos décadas, con la connivencia de todas las fuerzas políticas con predicamento y la displicencia social.
En el Estado hedonista del bienestar, sólo los adultos sanos tenían derecho a la vida y documento de identidad, porque lo importante no eran las personas sino las cosas, y no había suficientes bienes para que una masa indeseada de habitantes aspirase a disfrutar de las cosas en ese grado superlativo al que nadie estaba dispuesto a renunciar.
Los niños que se escapaban de la “criba” por haber nacido en el seno de familias con principios, eran secuestrados por la "policía educativa" al llegar a la edad de cuatro años y entregados al Ateneo de la Manipulación. Allí, en las checas de los manipuladores de conciencias se enseñaba a denigrar la autoridad de los padres, a revelarse contra el Creador, a creer en la mentira, a deleitarse en la fealdad y a querer el mal.
Era crucial para mantener el status quo, que los niños supervivientes fueran castrados ideológicamente, es decir, que fueran instruidos en la ideología de género , en la exaltación de la sodomía y en el aborrecimiento de la familia como célula de la estructura social.
El país del cuento se parece bastante a mi entorno político y social pero, al contrario que en el cuento YO NO ME VOY A DEJAR. Por cada hijo mayor de 24 horas y menor de 18 años se puede presentar YA una objeción de conciencia… y la madre de las criaturas puede presentar otras tantas por separado.
¿Y tú, vas a dejar que los Zerolos de turno deformen la conciencia de tus hijos? Pues pincha aquí , preséntalas al colegio o a la Consejería de Educación y comunícalo. Aunque lleves a tus hijos a un colegio privado, haz fuerza por ellos… y por otros muchos niños que no van a tener esa posibilidad. Díselo claro: "¡¡A mis hijos los vais a dejar en paz!!".