martes, 23 de diciembre de 2008

AES 26 de Diciembre: 50 concentraciones por la vida


El día 25 cuando te reúnas con tus hijos al calor del hogar para celebrar el Nacimiento, entre villancico y villancico, recuerda esos 112.138 niños a los que en 2007 no dejaron nacer, piensa en esos inermes infantes que en lugar de regalos sufrieron una laceración criminal, en todas esas criaturas que nunca se sentarán a la mesa de Navidad porque los gobiernos sucesivos de España desde 1.985 mantuvieron abierta la veda del hombre... y la sociedad lo permitió.

El viernes, día 26 de Diciembre a las 12 de la mañana, se celebrarán casi medio centenar de concentraciones de protesta y apoyo a la vida en toda España. Las convoca Alternativa Española (toda la información está en este link)

¿Podrías sacar una hora en Navidad para expresar tu dolor y tu queja? Yo, desde luego, no paso... ¡Yo voy!

Y si te sumas, te animo a confirmar el punto de manifestación elegido para ayudar a la organización:



lunes, 1 de diciembre de 2008

Los malos tratos ¿son un derecho fundamental del hombre para lograr el equilibrio doméstico?

Vaya animalada que pregunta éste, ¿no?

Es que no es una pregunta: es una invitación a la reflexión por analogía. ¿Algún cabestro de mala calaña podría considerar los malos tratos como un derecho del hombre frente a la mujer? Pues… parece que sí ya que “mutatis mutandi” hay quien define la masacre del aborto como un “derecho fundamental” relativo a la salud reproductiva de la mujer. Ambos postulados guardan bastante “similitud” en cuanto a la normalización social de una grave conducta criminal.


Expongo esta descarnada consideración, porque ya estoy harto de contemplar como parte del paisaje social las orgías de sangre de la progresía y el connivente centro-liberal -reformista. Y también realizo esta reflexión porque ya por dos veces he escuchado a personas de muy probada solvencia jurídica y moral, un argumento que parece la excusa técnica perfecta para justificar que el Partido Popular haya permitido durante 8 años la masacre de 100.000 criaturas al año (durante su gobierno algún muerto menos) y que serviría, asimismo, para perpetuar una grave incuria política. El argumento es el siguiente: las cosas se dejan como están porque es muy difícil retrotraer legalmente la regulación normativa de todos los hechos delictivos que van saliendo de la esfera de proscripción penal, y aún es más complicado porque la conducta criminal se califica como “derecho fundamental”. O sea, que al excluir el aborto provocado de la relación de tipos delictivos (o dejar de aplicar la pena a una acción típica, antijurídica y culpable), sería ya muy difícil volver a restaurar el tipo delictivo del aborto con todas sus consecuencias a fin de proteger a la víctima del criminal. Y se sugiere (también desde esta línea argumental), que aún se complica más la pretensión de penalizar el aborto considerando que ciertas fuerzas nacionales y otras fuerzas internacionales muy bien pertrechadas, pretenden calificar la masacre de seres humanos en el vientre de su madre como un derecho asociado a la salud reproductiva de la mujer, recubriendo las salpicaduras de sangre y vísceras con un oropel de derechos fundamentales.

Siendo los malos tratos “per se” radical y absolutamente censurables por la sociedad y por el derecho penal, gracias a Dios no siempre suponen el óbito de la víctima (si no, hablaríamos lisa y llanamente de “homicidios” o “asesinatos”). Sin embargo, a pesar de esta circunstancia, vemos sin dificultad que responder positivamente a la pregunta propuesta inicialmente sería una salvajada intolerable. En cambio, la idea de “salud reproductiva de la mujer”, como lleva el marchamo de lo políticamente correcto” la vamos tragando, no nos repugna demasiado, parece tan sólo una opinión controvertida y no necesariamente intolerable.

En lo sucesivo, sugiero vivamente dos preguntas distintas para dos interlocutores diferentes, que a buen seguro nos vamos a encontrar en muchas ocasiones:

A los militantes proactivos de la cultura de la muerte que hablan de salud reproductiva de la mujer: “En coherencia con la gilipollez que acaba usted de comentar ¿considera de forma análoga que los malos tratos se podrían considerar como el derecho fundamental del hombre a la organización doméstica del hogar?”

A los militantes reactivos, del centro-liberal-reformista indolentes con todo lo que no sea economía y que se excusan en la dificultad para poner las cosas en su sitio a pesar de sus mayorías absolutas: ¿Suponiendo que un movimiento hegemónico machista y criminal considerase los malos tratos como un derecho fundamental del hombre para la organización del hogar, facilitarían ustedes legislativamente el acceso a ciertos elementos contundentes para garantizar el ejercicio del “derecho”?


Esta exposición no es la trivialización del aborto ni de los malos tratos: es sólo un molesto y deliberado fogonazo en la noche cerrada de la Cultura de la Muerte, una llamada al respeto de la vida y de la dignidad de TODOS, sin acepción de género ni edad.


Ambos delitos deberían estar recogidos en el código penal con las penas adecuadas a la gravedad de los mismos: es de evidencia palmaria… pero si existiera un derecho al crimen del inocente, derecho que por necedad yo y otros muchos no alcanzamos a vislumbrar: “affirmanti incumbit probatio”. ¡Procedan a demostrarlo!